La atonía uterina puede ser causada por diversos factores
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Distensión excesiva del útero: Si el útero se ha distendido demasiado durante el embarazo debido a un feto grande, embarazo múltiple o polihidramnios (exceso de líquido amniótico), puede tener dificultades para contraerse adecuadamente después del parto.
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Fatiga uterina: Un trabajo de parto prolongado o agotador puede hacer que el útero se fatigue y no pueda contraerse con la fuerza necesaria.
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Administración de medicamentos: Algunos medicamentos utilizados durante el parto, como la oxitocina sintética, pueden interferir en la capacidad del útero para contraerse de manera eficiente.
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Retención de fragmentos placentarios: Si quedan restos de placenta en el útero después del parto, pueden interferir con las contracciones y provocar atonía uterina.
Existen varios factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar atonía uterina, como:
- Parto por cesárea previa.
- Parto inducido o acelerado con medicamentos.
- Parto de un feto grande.
- Parto múltiple.
- Embarazo con exceso de líquido amniótico.
- Complicaciones placentarias, como placenta previa o desprendimiento prematuro de placenta.
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El manejo de la atonía uterina debe ser rápido y efectivo para prevenir una hemorragia posparto grave.
Algunas intervenciones comunes pueden incluir:
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Masaje uterino: El médico o la partera puede realizar un masaje suave y firme en el abdomen para estimular las contracciones uterinas.
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Administración de medicamentos: Se pueden administrar medicamentos para ayudar a que el útero se contraiga, como la oxitocina u otros agentes uterotónicos.
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Expulsión manual de la placenta: Si se sospecha que la atonía uterina se debe a la retención de fragmentos placentarios, se puede realizar una exploración manual para extraer los restos y permitir que el útero se contraiga adecuadamente.
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Procedimientos invasivos: En casos graves, puede ser necesaria una intervención más invasiva, como la colocación de un globo de Bakri para comprimir el útero o incluso una cirugía para controlar la hemorragia, como la ligadura de los vasos sanguíneos uterinos o la histerectomía de emergencia.
Es importante buscar atención médica de inmediato si se experimenta sangrado excesivo después del parto o si se presentan signos de shock, como mareos, debilidad extrema o pérdida de conciencia.
La atonía uterina es una complicación posparto que puede resultar en una hemorragia posparto grave. Con un diagnóstico y manejo rápidos, esta complicación puede ser tratada de manera efectiva. La atención médica oportuna y el seguimiento adecuado son fundamentales para garantizar una recuperación segura para la madre.