PARTO INDUCIDO, ¿EN QUÉ CONSISTE?

PARTO INDUCIDO, ¿EN QUÉ CONSISTE?

¿Qué es un parto inducido?

Un parto inducido es el proceso que se utiliza para estimular las contracciones uterinas durante el embarazo para tener un parto vaginal antes de que el parto se inicie de forma natural. 

Para realizar una inducción de parto se deben valorar siempre los riesgos y beneficios del proceso en comparación con no intervenir y esperar a que se inicie el parto de manera natural. Es decir, la inducción está justificada cuando los riesgos de finalizar la gestación para la salud de la  madre y/o bebé, son menores que continuar con la gestación y poder tener un parto que se desencadene de forma natural. 

Métodos para inducir el Parto

Existen varios métodos utilizados para inducir el parto, y la elección del método dependerá de las circunstancias médicas y las condiciones individuales de cada mujer. 

El primer paso a valorar en una inducción puede ser la conocida maniobra de Hamilton. Este método se oferta antes del día en el que se vaya a programar la inducción de parto en el hospital. Consiste en realizar un tacto vaginal mediante el cual se llega al útero y, con los dedos, se despegan las membranas uterinas del mismo. De esta manera se estimula la liberación de prostaglandinas que son hormonas que favorecen las contracciones uterinas. 

Según la evidencia científica, realizar la maniobra de Hamilton en la semana 41, reduce en un 50% la probabilidad de llegar a la semana 42. Pero, esta maniobra no está exenta de riesgos puede producir infección o rotura de la bolsa amniótica, por lo que antes de realizarse debe tenerse el consentimiento informado de la madre.  

El segundo paso sería la introducción vía vaginal de prostaglandinas. Son fármacos que contienen prostaglandinas, hormonas que ayudan a madurar el cuello uterino y estimular el inicio de las contracciones. Se puede administrar en forma de pastillas o en forma de una especie de tampón. Cuando se usan las pastillas se puede usar más dosis espaciadas en el tiempo. Estos métodos requieren tiempo para ir liberando prostaglandinas y que el cuello del útero se modifique. 

Dentro del segundo paso también está la opción de usar el balón de cook. Es una sonda con un balón que se introduce vía vaginal en el cuello del útero. Una vez bien colocado se hincha el balón. Su función es ejercer presión en el cuello uterino para que empiece a dilatarse, hasta que el balón se caiga. El balón de Cook suele estar puesto durante 24 horas. 

El tercer paso sería la rotura de membranas. Supone romper artificialmente las membranas amnióticas (bolsa de las aguas) para liberar el líquido amniótico, y de esta manera estimular el inicio del trabajo de parto. Pasado un tiempo desde que se ha roto la bolsa, se inicia tratamiento antibiótico. En cada hospital puede variar según sus protocolos de actuación, (puede ser a las 12h, 18h, 24h de haber roto la bolsa). La evidencia actual en este tema expone que se debe iniciar antibioterapia por rotura de bolsa si hay signos de infección (fiebre materna, líquido amniótico con olor desagradable….).

El último paso sería el uso de oxitocina intravenosa. Esta oxitocina artificial produce contracciones uterinas. Se administra de forma intravenosa, pasando de manera continua mediante un suero. Se aumenta la dosis paulatinamente según se necesite. Con el uso de oxitocina artificial, se ve incrementado el uso de analgesia epidural para el alivio del dolor, porque las contracciones que se producen son mucho más molestas que las que sentimos con la oxitocina natural que produce nuestro cuerpo. 

Estos métodos que hemos visto son para que los conozcas y sepas qué recursos se usan en caso de tener que provocar un parto. Aunque sean los pasos a seguir, no quiere decir que se necesiten usar todos para que el parto se inicie. Puede suceder que solo se necesite la maniobra de Hamilton para que se desencadene el parto o que con el uso de las prostaglandinas se inicie el trabajo de parto, sin requerir el uso de oxitocina artificial. 

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Motivos para inducir un parto 

La inducción del parto debe ser siempre por una causa justificada, como hemos mencionado anteriormente. Esto sucede cuando los beneficios de finalizar la gestación para la salud de la madre y del bebé son mayores que si se deja que la  gestación continúe y se pueda desencadenar el parto de forma natural. 

Algunas de las razones médicas que podrían justificar la inducción incluyen:

  • Embarazo prolongado: Si el embarazo se ha prolongado más allá de las 42 semanas, el riesgo de complicaciones para el bebé puede aumentar, lo que podría requerir una inducción. (Un embarazo normal puede durar entre 37 y 42 semanas de gestación).
  • Rotura prematura de membranas: Cuando las membranas se rompen antes de que comience el trabajo de parto, se deja mínimo 24 horas de actitud expectante, es decir esperar a que el parto se desencadene (más de un 80% de las mujeres inician el parto en las primeras 24 horas tras romper la bolsa). Al pasar estas primeras 24 horas se oferta la inducción de parto. En este caso como en los demás, la madre decide junto con los profesionales. Si deseas la inducción se empezará con la medicación necesaria, sino se contínua con actitud expectante a que se desencadene el parto espontáneamente.
  • (Siempre hablamos de que el líquido amniótico es claro y tanto madre como bebé están bien y no hay signos de infección como puede ser fiebre materna).
  • Presión arterial alta descompensada, preeclampsia, eclampsia y síndrome de HELLP
  • Colestasis intrahepática del embarazo
  • Diabetes mellitus tipo 1 descompensada
  • Problemas cardíacos graves, enfermedad renal crónica, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica),…
  • Síndrome antifosfolipídico (enfermedad autoinmune)
  • Patología materna que requiere tratamiento agresivo (p.ej tto de cáncer)
  • Crecimiento intrauterino retardado (CIR): El bebé no está creciendo adecuadamente en el útero. 
  • Infección amniótica
  • Enfermedad en el feto que requiere tratamiento específico fuera del útero
  • Muerte fetal intraútero

Riesgos y beneficios de la inducción del parto

Como cualquier procedimiento médico, la inducción del parto conlleva ciertos riesgos y beneficios que deben ser considerados por la madre y el ginecólogo/a. Ante una probable inducción de parto, debes conocer los riesgos y beneficios de la intervención y los riesgos y beneficios de no realizarla, valorando tu situación de forma individual.

Riesgos:

  • La duración del proceso del parto es mayor 
  • Mayor estimulación uterina
  • Fallo de inducción. Al provocar un parto, existe el riesgo de que no se llegue a trabajo de parto mediante el uso de oxitocina artificial. En este caso sería un motivo de cesárea
  • Mayor probabilidad de requerir una cesárea
  • Mayor probabilidad de finalizar mediante parto instrumental (fórceps, ventosa..)
  • Sufrimiento fetal si el bebé no tolera bien las contracciones inducidas
  • Contracciones uterinas más fuertes o más frecuentes
  • Mayor probabilidad de uso de analgesia epidural como método farmacológico para el alivio del dolor
  • Mayor probabilidad de que el bebé al nacer requiere cuidados neonatales
  • Mayor probabilidad de sangrado excesivo tras el parto (hemorragia posparto)

Beneficios. Siempre que los beneficios superen a los riesgos de la inducción es necesaria. 

  • Reducción del riesgo de complicaciones asociadas con embarazos prolongados (42 semanas)
  • Mejor control del momento del parto en situaciones médicas críticas
  • Evitar riesgos adicionales para la madre al no prolongar el embarazo en casos de problemas de salud materna
  • Evitar riesgos relacionados con el desarrollo del feto en el caso de que la inducción sea por causa fetal

Es fundamental que si en tu caso puedas requerir un parto inducido, discutas con el ginecólogo/a los pros y contras de la inducción del parto, para tomar una decisión informada y segura. Resuelve tus dudas, tómate tu tiempo si no lo tienes claro, háblalo con tu acompañante si lo necesitas para tomar una decisión que en tus circunstancias será la mejor elección para ti y tu bebé. 

Podemos, entonces, concluir que la inducción del parto es una intervención médica valiosa en ciertas situaciones. Su buena aplicación en casos necesarios, puede proteger la salud tanto de la madre como del bebé. 

Para que tomes una decisión informada, sobre sí inducir el parto o no, debes conocer los riesgos y beneficios derivados del proceso de inducción así como riesgos y beneficios de no realizarla y continuar con la gestación.

Resuelve tus dudas, háblalo con tu acompañante, busca otra opinión profesional si lo necesitas. Para tomar esta decisión, al igual que cualquier otra en tu embarazo, parto y posparto, el método BRAIN, del que hablamos en madrazas.com; te ayuda a visualizar tus opciones más ampliamente y con la información que necesitas. Es un recurso que te ayuda a tomar una decisión que en tus circunstancias será la mejor elección para ti y tu bebé.

La comunicación abierta y honesta entre madre y equipo médico es esencial para asegurar un proceso de parto seguro y positivo.

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